Hace tiempo me sentía verdaderamente solo, no lo podía creer, mis amigos se habían ido lejos de aquí…
Una mañana me desperté con ganas de aprender algo nuevo, pues mi vida comenzaba a ser monótona, así que decidí ir a la escuela de los monstruos come cerebros para inscribirme a la clase de chino. La profesora Ma tao “la monstrua oriental” me dijo que las clases iniciarían el lunes, ya que el pantano estuviera mal oliente y con moho, según ella, se aprende más rápido cuando uno se encuentra en el ambiente adecuado.
Pasaron dos lunas y ese día me levanté con gusto, llegué al pantano 23 y como todas las clases cada uno se tiene que presentar… en ese momento conocí a un monstro muy simpático su nombre es "egg two" pero de cariño le dicen "Apestosin". Comenzamos nuestra amistad con un simple ni hao!
Una tarde fuimos por un helado al pantano terra, pedimos los sabores de más extraños… yo pedí vainilla con mango y el zarzamora con queso, iuuu! Nos sentamos en una roca mágica, comenzamos a platicar... wow… ¡Apestosin es un mundo por descubrir, es un genio en la música, el arte y el patinaje artístico! Esa tarde nos hicimos hermanos de helado… era el amigo que siempre había esperado…
Puse toda mi atención en Apestosin, pues quería que nuestra amistad se fortaleciera, ya que es un monstruo estupendo, sabe escuchar, da buenos consejos además que es una cofre en donde he depositado mi confianza, yo sé que nunca me va a fallar…
Mi soledad se había desvanecido, pero creo que fue tanta mi euforia que Apestosin muy enojado me pidió que evitara 2 cosas…”No me gusta que sea tan posesivo o exagerado y no me gusta que me abraces, ni que me toques el cabello” yo estaba impactado… me puse muy triste, no quería verlo nunca más… estaba tan desilusionado que no salí de hongo mágico… un buen rato…
La luna subió al cielo y toda la noche estuve pensando... retiro mi amistad o ¿no? Pero me llevo bien con él, pero no puede condicionar mi amistad, los amigos se aceptan como son, no sé qué hacer, no quiero perder su monstruosa amistad pero tampoco puedo permitir que no me acepten como soy… y todo lo que implica ser yo… además a mi me encanta dar abrazos …
El sol salió, fui de nuevo al pantano… ese día no fue el más grato en mi vida… regresé a mi hongo y pedí la opinión de los animales del pantano… me dejaron más confundido… unos decían que le dejará de hablar, pues yo soy así y el tiene que acostumbrar, otros murmuraban que los dos debíamos aceptar la forma de ser de cada uno y tener un punto intermedio en donde los dos nos sintamos a gusto.
Qué difícil decisión, no podía perder su amistad por esas dos cuestiones que para mí son importantes… pues creo que esta vez me tocó aceptar a las personas como son… y el día de hoy estreche su mano y le dije… todo a la normalidad ¿no? Sólo me dijo Ay ¡exageradin!
Can cariño y aprecio para un gran cuate, Rafa Zart